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La crisis por coronavirus ha llevado a las empresas a reestructurar su plan de marketing. Te presentamos los mejores consejos para realizarlo efectivamente.
La emergencia sanitaria causada por el coronavirus ha puesto en alarma a la economía mundial, con fenómenos como la depreciación de las monedas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú, el desplome de los precios del petróleo y la caída de las bolsas de valores de Europa, Estados Unidos y Asia. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la tasa de crecimiento de la economía mundial prevista para este año puede descender a 1,5%, la mitad de lo proyectado.
Aunado a ello, muchas fábricas cerraron temporalmente y empresas grandes, medianas y pequeñas, además de colegios y universidades, han optado por el trabajo remoto. En las compañías el impacto ocurre en diferentes frentes:
La emergencia sanitaria causada por el coronavirus ha puesto en alarma a la economía mundial, con fenómenos como la depreciación de las monedas de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú, el desplome de los precios del petróleo y la caída de las bolsas de valores de Europa, Estados Unidos y Asia. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la tasa de crecimiento de la economía mundial prevista para este año puede descender a 1,5%, la mitad de lo proyectado.
Aunado a ello, muchas fábricas cerraron temporalmente y empresas grandes, medianas y pequeñas, además de colegios y universidades, han optado por el trabajo remoto. En las compañías el impacto ocurre en diferentes frentes:
Según la consultora Gartner, el presupuesto que las empresas destinan al marketing crece exponencialmente desde 2016. En este sentido, es imperante en un momento como este realizar cambios estratégicos y replantear la distribución de los recursos; con el fin de garantizar la comunicación con las audiencias.
Muchas empresas se sienten preocupadas por lo incierto del futuro y porque pueden sufrir pérdidas debido a la suspensión de eventos, lanzamientos y reuniones, o a la suspensión repentiva de actividades de foot traffic y promociones. Sin embargo, reinventarse y replantear las estrategias es parte del trabajo del marketing; para cada situación es importante encontrar una solución. En este sentido hemos recogido algunas recomendaciones que desde Castleberry Media hacemos a estas empresas:
Lo primero es distinguir entre un evento propio o un patrocinio, y a partir de allí decidir:
Ver la viabilidad de migrar el evento a plataformas en línea para hacer un webinar o un webcast. Si bien es cierto que la asistencia no será la misma —los webinars registran visualizaciones en vivo entre 40% y 60% de los invitados, mientras que los eventos presenciales superan el 60% e incluso el 80%— es fundamental aumentar la presencia digital de la marca con contenidos que creen valor para la audiencia que ya había mostrado su interés en el evento; es decir, es una audiencia cautiva e interesada en el tema.
Pero el trabajo no debe parar allí. Es fundamental crear contenidos antes, durante y después del webinar o el webcast. Antes, para despertar el interés en los temas que se van a abordar; durante el evento, con pequeñas cápsulas que aporten valor y creen interacciones con la audiencia; y después, con los hallazgos y las enseñanzas (en diversos formatos) para promover la recordación de los temas tratados.
Si el evento consideraba el lanzamiento de un producto, el presupuesto puede migrarse a lo digital, tanto para pauta como para contactar con contenido a compradores potenciales vía LinkedIn, con quienes se había previamente acordado reuniones con el equipo de ventas.
En la coyuntura actual, la tecnología es indispensable. Si ya se tenían acordadas citas con clientes actuales o con prospectos, se pueden emplear soluciones virtuales como, por ejemplo, meet-and-eat: con un enlace enviado en la cita electrónica, el invitado selecciona un restaurante y un plato que recibe en su casa justo para la reunión con la persona de ventas.
Otra solución es el happy hour virtual: la persona de ventas invita a una charla corta digital, pero en vez de invitarlo a una bebida (tipo happy hour) lo invita a elegir la fundación de su preferencia a la que se hará una donación en su nombre. En fin, hay muchas opciones para conservar el contacto y las relaciones.
Se puede negociar con el organizador o el productor el acceso a la lista de emails de los asistentes, con el fin de implementar estrategias de emailing que aporten verdadero valor a la audiencia y no acaben en el buzón de spam. Por ejemplo:
Ya no es posible abordar directamente al público objetivo en lugares que suelen frecuentar. ¡Hay que migrar a lo digital!
En tiempos de crisis como el que vivimos con la pandemia del COVID-19 las empresas deben hacer una pausa en las actividades 100% comerciales. No es momento solo de vender: es el momento de la empatía y la solidaridad. “Ahora más que nunca las marcas necesitan ser relevantes para su audiencia. Deben hablar menos de ellas mismas y más de lo que a la audiencia le preocupa e interesa. La relevancia de las marcas en momentos de crisis es proporcional al valor que le aportan a su audiencia con el contenido”, afirma Luisa F. Echeverry, nuestra líder de desarrollo de negocios en Castleberry.
En este sentido el esfuerzo debe estar en el contenido que cree valor y promueva o comparta las emociones y sensaciones que actualmente se experimentan. Hay que ser empáticos con la audiencia; que ella perciba honestidad en la marca. Esto no puede hacerse de manera forzada; no puede parecer que se habla de la actual crisis porque los demás lo hacen. Sino también porque a la marca le preocupa y sabe que puede aportar mucho a la sociedad en medio de la tragedia.